jueves, 31 de marzo de 2011

Pensamiento 1.1



Cuantas focas?, cuantos delfines?, cuantas ballenas?, cuantos arboles?, cuanto despojo del ser por el ser?. El mismo inicio y el mismo final, siempre llega la muerte como un tsunami, lo que no entiendo es si la palabra tsunami expresa la fuerza destructora; mas no define el objeto destructor.



    Un barco llega a una península congelada, de el bajan decenas de hombres con palos, ellos llegan y toman de una forma dramática la vida de cientos de focas que descansan en el regazo de la aurora boreal, el escenario se tiñe de rojo, el crimen irrumpe como un tsunami humano.



    Un grupo de lanchas invitan por medio de tecnología sonora a mas de 500 delfines para que se acerquen a una bahía asegurada por hombres, los delfines con su natural instinto-impecable que solo los angels tienen, pretenden conocer y convivir con sus nuevos amigos, de pronto ellos... los humanos terminan la fiesta con una lluvia de muerte (tsunami) acompañada de garfios, lanzas, hachas, palos, picos, el mar azul se tiñe de rojo, los hombres celebran el motín…




      Una familia de ballenas recorre el océano pacifico rumbo norte, el ambiente familiar es inmenso e increíble, todo enmarcado por una abismal profundidad, el mar, la mar, la cuna que arrulla el sueño interminable, a lo lejos escuchan un ruido estruendoso, casi ensordecedor, son los motores de un buque ballenero en la cual un grupo de hombres encontraron el objetivo, el buque dispara las lanzas, el tsunami de agresión. En este caso solo la espalda de la madre se tiñe de rojo… El hijo tendrá que entender que ha llegado el momento de decir adiós.


      Una tarde, un día soleado, la tierra tiembla, las familias de los hombres con rostros desencajados entienden que están por recibir algo decadente. Tsunami de agua, agua salada, agua espesa que acaba con todo a su paso, agua que no se enrojece ya que por volumen la claridad del agua clarifica el brillo de la sangre, desapareciéndola, borrándola de la faz, lo único que lleva el agua son escombros, escombros de tierra, carne y madera, escombros nada más.


      El mensaje de la naturaleza hoy es rotundo y contundente, dejemos en paz a los animales, no juguemos con recursos incontrolables, somos solo dinosaurios esperando nuestra extinción.

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