domingo, 19 de febrero de 2017


El verdadero poder

A veces los fenómenos naturales nos hacen ver lo efímeros e inofensivos que somos para controlarlos o protegernos de ellos, pensamos que en nuestro linaje conservamos los secretos mejor guardados. Como si alguien hubiese colocado toda la sabiduría en nuestras células al nacer. Cambiar el tiempo, controlar nuestras vidas, mejorar situaciones adversas para convertirlas en tesoros a nuestro favor. ¿Que existe a la mitad de todo esto? Solo nosotros y nuestros pensamientos, solo nosotros inmersos en el mundo de la especulación subliminal. Integramos imágenes, ideas y sentimientos. Las hacemos nuestras, las vivimos al grado extremo de la sensación. Que tan hábil somos para entender el daño que nos hacemos al conservar tanta energía concentrada en algo que no queremos que suceda.

Existe la comunicación e interacción de la energía entre nosotros y lo que nos rodea, infinidad de veces algunos personajes históricos la han expresado de diferentes maneras. Escepticismos importunos, vacíos de vida; solo queda en ellos la esperanza de entender algún día lo que sucedió.

El otoño trae consigo una dormanza generalizada en la fauna, los cambios de color algunos lo toman como cambios en la pigmentación de las hojas por el simple hecho de que la sabia pierde fuerza en ellas, derrumba sus hojas y las tira al suelo, sopla el viento. Algunos otros suponen que el cambio de pigmentación en las hojas, no es otra cosa que una medida adicional que toman los árboles y plantas para protegerse en esas fechas de plagas que comúnmente devoran las hojas de los árboles.

Lo mismo sucede con la mente y la piel, con el cabello y el viento, entrelazan los sentimientos y las sensaciones para expresar en silencio el lenguaje de la luz. Los sueños y visiones transformados en deseos y sensaciones, ubicados pocas veces en palpables momentos. A veces y a veces porque nadie entiende realmente el proceso, proceso que, si fue insertado desde el primer indicio de vida, fotones que implementaron momentos entendibles entre átomos, moléculas y células.

No existe mejor religión que la universal, su credo es la luz, su alcance son tus sueños, la mundicia tu certeza.


Sonar, sentir, vivir, transformar.