Algo que deseo en mi vida es
rodearme de las personas adecuadas, personas que me hagan crecer y fortalecer la
estructura moral y social en mi entorno. Estrategas honestos en pensamiento,
visionarios que hagan de esta vida un mejor espacio, si no hay nada de eso,
nada de eso vale la pena vivir.
Siempre he dicho lo que quiero
hacer o alcanzar, tal vez estoy mal exponiendo mi futuro al escrutinio público, pero esa es mi esencia, soy un
apostador con momios a mi favor ("I'm one with the Force. The Force is
with me."). Me gusta por naturaleza hacer lo que casi nadie hace,
me aburre la monotonía que
radica en la ridícula inteligencia. Creo yo
que por eso nadie dice lo que quiere, nadie promete nada, todos tienen miedo al
no lograr sus sueños, el espacio cómodo es el no decir nada; para que
cuando algo bueno sucede logren decir que todo estaba previsto así.
Nosotros somos naturalmente anti resilientes,
descomponemos la lógica del cambio para no
entender lo que en tu corazón late
sin control. Disfrazo de armonía y paz
la distorsión moral que emana desde el
centro hacia afuera, todos son testigos ya que tu eres el camino. Disfruto
somnoliento la ruta de mi pasado, donde una y otra vez veo a el niño que fue.
Son solo sueños e historias que se entrelazan en
la realidad, confunde y nubla la vista hacia tu senda. No te engañes, no puedes negar el eco de tu
mente que suena y resuena constantemente. Todos escribimos al unísono, nadie diseña lo que piensa, solo es un Dios que envía pulsaciones a tus manos. ¿Quién sabe
todo?, ¿quién no lo sabe?, Cómo podría diseñar el
estable paso del futuro en la vida cuando desconoces el camino. No hay vuelta atrás, la diplomacia se acaba, podríamos sentir que nadie entiende la
carga en tus hombros. Disfrazaste el dragón para
que nadie logre ver el arma mortal que guardas como mascota en casa.
Es momento de cambiar dicen los
astros, tengo mucho miedo mamá… ¿dónde
estas?
Una mañana soleada paseando en la escuela, me di cuenta que era mi
destino el pensar en el futuro. Aquella mañana todo
cambio, las drogas no eran las mismas, el amor no sabía igual, era el momento de cambiar… Es tiempo de partir.
Hay en la vida dos tipos de
cambios, estos dos se conjuntan varias veces a lo largo de tu existencia, generalmente
después de un periodo de
sedentarismo. El primero es aquel que llega sin tocar la puerta… algunos dicen que la energía universal prevé observar a lo lejos en el tiempo
venidero; con un destiempo que podría ser
entre segundos y días. Eso solo lo puede definir
el grado de conocimiento que mantienes en ti. Es una abeja que viaja cerca y va
diciéndote al oído que todo va a cambiar, que no vas
a poder detener el paso del futuro. El segundo simplemente llega a tu vida un jueves
a las 11 de la mañana, puramente sobrepasa la línea de lo visible y lo invisible,
seguramente es consecuencia a la agonía que
provoca la aburrición de ser el mismo. En los dos
casos el hombre en su naturaleza efímera y anarquista
confunde su inteligencia con ego, aseverando que sabia perfectamente lo que iba
a suceder, demostrando su anticipada resiliencia ya que todo está mejor.
Uno de mis grandes miedos es el
cambio, lo se por que soy sincero, se lo que me gusta y lo que no me gusta.
Para mi un cambio tiene que venir acompañado de
mucha estabilidad, sin embargo, siempre en el paso abrumador de todo no puedo dejar
de sentir el vértigo a caer… Lo irónico es
que desde niño me gustaron las alturas,
siempre trate de ir mas y mas rápido,
mi propio récord son 298km/h, espero
vivir el momento para sobrepasar mi propio limite, me atrae, me apasiona, no lo
puedo controlar… Es la combinación perfecta entre el miedo y el aire
paseando sobre mi cabeza, eso es sin duda lo que me atrae de ese momento. Todo
miedo a las alturas es sustituido por la ráfaga de
adrenalina, tus sentidos se agudizan, la focalización de tu mirada penetra el horizonte, mi corazón late por primera vez.
Al final los cambios en mi vida
han sido diseñados por una inteligencia
universal superior a la mía,
donde solo yo soy el artífice de
los planes que contradicen lo que una y otra vez entendí en el pasado. ¡No hay
que temer! Me dicen que Dios está
conmigo, también me comentan que soy un
malagradecido, no veo el milagro de mi vida. ¿Quién me enseñó a tener miedo? ¿A quién podre culpar hoy? ¿Necesito a alguien en quien apoyarme?
¿Ese alguien limita mi visión? Me da miedo por que sabe demasiado
de mi… ¿Que tan libre soy, si no logro ser libre? Podríamos estar mil veces mas soñando en pasear sobre la arena, pero
quieres todo, nada te llena, nada es suficiente.
La resiliencia es el acto más sintético y
fingido que la vida diseño, el
argumento de todo aquel que tiene por cometido razonar lo que jamás logro vislumbrar en el futuro.